Tristeza

El 28 de octubre, al día siguiente de que falleciera Néstor Kirchner, mi hijo me dice: "Vi tu blog, pero aun no escribiste nada sobre la muerte de Kirchner". "Es que estoy triste, muy triste", le respondí.
Sí, su muerte me produjo una profunda tristeza. Y eso que no soy peronista, ni siquiera simpatizante del justicialismo. Sin embargo Kirchner me gustaba. Recuerdo que lo comencé a "registrar" cuando se mostró disidente con Menem, pues hasta ese momento la reconocía más a la entonces legisladora Cristina de Kirchner, esposa del gobernador de Sta. Cruz. Por supuesto, no lo voté en las presidenciales. Sus actitudes en la ceremonia de asunción me gustaron, mostraban a alguien que no se ataba a tantos formalismos y protocolos y se acercaba a la gente. Veía a alguien que apuntaba a cosas más esenciales que las puras formalidades. Avanzando en su desempeño me sorprendieron las políticas en Derechos Humanos, las decisiones en lo económico y en lo social. Mi madre y sus amigas siempre dicen "los Kirchner son los únicos que nos aumentaron las jubilaciones, los únicos que se acordaron de los viejos". Comencé a encontrar en este presidente lo que siempre había pensado: un presidente que hable a la gente, al pueblo y le explique las medidas que toma, el porqué de las mismas, las causas de las reacciones de la oposición, en especial cuando la oposición son los sectores eternamente privilegiados, que tradicionalmente explotaron a los sectores populares. Así lo hizo Kirchner cuando las petroleras (creo que se trataba de la Shell) aumentaron desmedidamente la nafta y gasoil y pidió al pueblo que no se le comprara. En aquella época, en mi flia. usábamos gasoil de la Shell. Y le hicimos caso al presidente. Hasta que por fin tuvieron que bajar los precios. Ahí me convenció grandemente. Aun así no me hice peronista ni kirchnerista. Uno de los lados débiles de su gobierno fue Educación. Soy docente y como muchos me alegró que Filmus fuera el ministro de Educación, pero no por mucho tiempo porque tenía, también, muchas expectativas que no se cumplieron. Lo importante fue una nueva Ley de Educación, aunque no hubo más avances. Además, se instaló lentamente el descuento por los días de paro; lo consideré y lo sigo haciendo, como un cercenamiento al derecho de huelga. Inconcebible esta postura en un gobierno como el de un Kirchner tan progresista en otras áreas! ¿Cómo se concilia esto con el propiciar Paritarias como nunca antes se dio en el país! Estas contradicciones del kirchnerismo continuo sin entenderlas totalmente. Hay muchas cosas más para repasar, tanto aquellas en las que coincido, como las que no me convencen o no comprendo profundamente o disiento, como las sombras de sospechas de corrupción en algún sector de su gente. A pesar de todo, respetaba y admiraba a este Presidente que supo timonear un país, nuestro castigado país, arruinado por sinvergüenzas traidores a la Patria. Homenajeo al hombre político de acción y convicción. Tal vez, por eso, tanta tristeza en mi pecho el 27 de octubre.

Cielito A.

Poemario

Tus cabellos de cereza

respiran mi pena indomable

y te reflejas soñoliento

en el aleph de mis pupilas

Ha llegado abril

con espigas de alegrías

y promesas mil

para frenar los manantiales

de mi tristeza sin fin

Cielito A.

¡¿Por qué matamos a nuestros jóvenes trabajadores?!

Mariano Ferreyra, 23 años, trabajador, estudiante. Da escalofríos pensar que tan joven y esté muerto! Qué impotencia ante lo irremediable! Lo mataron por no ser sumiso, por salir a reclamar, por hacer oir su voz. Lo asesinaron por ser un trabajador capaz de exigir sus derechos.
Los trabajadores tenemos como arma nuestra capacidad de trabajo y nuestra voz; los delincuentes, los corruptos, los mafiosos emplean pistolas, revólveres, matones, patotas, sicarios. Así es el enfrentamiento: capacidad de trabajo vs. capacidad de violencia.
Los sectores de privilegio no escatiman en recurrir a lo que sea para mantener esos privilegios, a la violencia física, a la violencia simbólica. 
Por eso está muerto este joven trabajador, porque la violencia arrasa con todo y solo genera mayor violencia contra todo aquello que se le cruce. No hay racionalidad que valga.
La sociedad debe mantenerse alerta ante situaciones como esta, no olvidar a los pocos días que los medios dejen de hablar de Mariano Ferreyra. La sociedad no debe permitir que se mate a sus trabajadores, ni a sus jóvenes, ni a nadie, sino sólo nos espera un negro futuro como nación.

Cielito A.

Poemario

Fantasmas agoreros
de la muerte en andas
ya no me insuflan miedo
sólo rebeldía a los sinos
de los dioses
del destino 

Cielito A.