Mariano Ferreyra, 23 años, trabajador, estudiante. Da escalofríos pensar que tan joven y esté muerto! Qué impotencia ante lo irremediable! Lo mataron por no ser sumiso, por salir a reclamar, por hacer oir su voz. Lo asesinaron por ser un trabajador capaz de exigir sus derechos.
Los trabajadores tenemos como arma nuestra capacidad de trabajo y nuestra voz; los delincuentes, los corruptos, los mafiosos emplean pistolas, revólveres, matones, patotas, sicarios. Así es el enfrentamiento: capacidad de trabajo vs. capacidad de violencia.
Los sectores de privilegio no escatiman en recurrir a lo que sea para mantener esos privilegios, a la violencia física, a la violencia simbólica.
Por eso está muerto este joven trabajador, porque la violencia arrasa con todo y solo genera mayor violencia contra todo aquello que se le cruce. No hay racionalidad que valga.
La sociedad debe mantenerse alerta ante situaciones como esta, no olvidar a los pocos días que los medios dejen de hablar de Mariano Ferreyra. La sociedad no debe permitir que se mate a sus trabajadores, ni a sus jóvenes, ni a nadie, sino sólo nos espera un negro futuro como nación.
Cielito A.
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