La cachetada resonó en su cara de ángel y en el silencio del ocaso. Corrió. Subió, subió, subió. Con gran agitación llegó a la azotea del rascacielo. Miró hacia abajo, muy abajo. Extendió sus brazos y se lanzó al vacío. Una lágrima, por su mejilla. Plumas por el aire. Una aureola en caída.
Cielito Alcaide
Bello, bello y bellisimo!!! Este es el micro que no me olvido desde que lo escuche! Grandioso profe. Aun nose porque me gusta tanto :D
ResponderEliminarSalo
gracias, Salo, es muy estimulante tu comentario, más aun teniendo en cuenta que escribo poesía y casi nada de narrativa.
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